¡Qué sería de la dieta mediterránea sin todas esas delicias que vinieron de América! Y no hablo precisamente del fast food, sino de alimentos tan básicos como el tomate o la patata, que tanto han contribuido para hacer de la gastronomía latina la número 1 del mundo.
Patata y tomate, si. ¿Pero cuántos más se te ocurren? :
- Tubérculos como la batata o el boniato
- Verduras como el pimiento, la calabaza o el calabacín
- Frutas como el aguacate, el plátano, la piña o la chirimoya
- Fabes como los frijoles o el maní
- Cereales como el maíz, la cebada, la avena o el centeno
- Semillas como las de girasol o cacao
- Plantas como la de la vainilla o el tabaco
También, de manea inversa, la dieta americana se vio enriquecida gracias a la llegada de los españoles. El consumo de vaca y cerdo, o el cilantro, el mango, el café y la caña de azúcar llegaron al gran continente americano de la mano de los europeos, con ingredientes que tomaron con anterioridad del continente asiático o africano. Por eso, cuando pensamos que estamos comiendo un plato tradicional, seguro que lo es, pero es también interesante pensar de dónde vinieron esos ingredientes y como se popularizaron hasta entrar en la tradición.